La poesía de la ciudad es, simultáneamente, poesía de la pérdida del ser y poesía de la plenitud. En un breve poema Yeats describe con palabras simples y misteriosas el cambio súbito de la privación a la beatitud:
Cincuenta años cumplidos y pasados
Pérdido entre el gentío de una tienda,
me senté, solitario, a una mesa,
un libro abierto sobre el mármol falso,
viendo sin ver las idas y venidas
del torrente, De pronto, una descarga
cayó sobre mi cuerpo, gracia rápida,
y porveinte minutos fui una llama:
ya, bendito, podía bendecir.
Al Paso. Paz, O. 1985
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